viernes, 23 de mayo de 2014

THE END

¡Buenas... ¿noches?!

Sí, buenas noches o tardes, o... ¡lo que sea! Desde que hemos vuelto a pisar la península ibérica, ya no sabemos en qué zona horaria vivimos y es que, tras nuestra vuelta, hemos llegado a la conclusión de que pertenecemos a ambas partes del mundo y por ello, no llegamos a sentirnos en tierra por completo. Nuestra mente aún está por aterrizar, nuestras familias se encuentran esparcidas por el planeta y lo de echar de menos ya lo tomamos como forma de vida.

Con esta, la temida y a la vez esperada última entrada de lo que ha sido nuestra red de comunicación más cuidada, damos fin a una era.  Llego el momento de asimilar que es la hora de cerrar esta etapa. Una etapa que, como ya es sabido por todos, nos ha hecho quedarnos con ganas de más. 

Hace justo siete días pisábamos nuestra casa después de tres intensos meses. Cada detalle nos resultaba extrañamente familiar o quizás, familiarmente extraño (aún estamos descubriéndolo). Hace justo siete días aterrizamos en Madrid, nerviosas y cansadas, tristes y eufóricas, ansiosas y tranquilas (hechas unas auténticas contradicciones andantes, vaya), deseando llegar y a la vez, queriendo volver. Quisimos sorprender y al final fuimos nosotras las sorprendidas comprobando por qué suele decirse que en los aeropuertos se ven los besos más sinceros del universo. Entre sonrisas, abrazos y alguna que otra lágrima desobediente, nos dejamos embriagar por el olor de los nuestros que, por qué no decirlo, hacen que "readaptarse" a nuestra vida de siempre, esa que ni ha cambiado, ni se ha parado por nosotras, sea una tarea mucho más sencilla. 


Siendo sinceras, desde que estamos aquí no hemos tenido demasiado tiempo para pensar y, casi que lo preferimos. Así pues y con animo de no cambiar esta nueva filosofía de vida (y de seguir manteniendo viva la chispa que enciende la llama de la envidia sana de vosotros,  nuestros fieles lectores) os contamos que, antes de pisar España, como último destino de "un país en nuestra mochila" versión Bolivia, aprovechando el origen de nuestro vuelo de vuelta, estuvimos unos días recorriendo los rincones de La Paz y a pesar de sus bajas temperaturas y de que, con los pies fríos ya se sabe que no se piensa bien, fue un verdadero placer conocer Copacabana, navegar el Titicaca, beber agua de la fuente de la eterna juventud en la Isla del Sol y pedalear sobre los caminos de la carretera de la muerte.



¿Ahora entendéis por qué decimos que una parte de nosotras pertenece a Bolivia?

Y bueno, en fin... Por suerte o por desgracia, ha llegado el momento. Nos despedimos por última vez hoy, como al inicio de todo, como hace tres meses, desde aquí, desde este lado del charco. Tener tan claro como nosotras que este, SÓLO ES EL PRINCIPIO DEL SIEMPRE.

Gracias -muchas, muchísimas, infinitas- por leernos.


Volver no es una idea, es una obligación, porque... WE LOVE AMÉRICA LATINA.


viernes, 9 de mayo de 2014

Hasta siempre, hasta pronto

Agridulces tardes desde tierras cochalas

Debatiéndonos entre los típicos tópicos de "todo tiene su fin" y "lo breve si bueno, dos veces bueno" nos encontramos aquí, haciendo auténticos malabarismos no sólo con las maletas (es dificil querer llevarse el alma de un país en 21 kilos de peso), si no con nuestro saco de sentimientos encontrados. Y es que, vivimos en un bucle de constante contradicción: por un lado, estamos ansiosas por llegar a casa, de abrazar a nuestras familias, de comer comida de mamá y de sentir esa protección y esa seguridad que únicamente eres capaz de sentir en tu verdadero hogar. Por otro lado, es irremediable no querer encadenarse a Bolivia porque, como ya sabemos, no es sencillo echar de menos y menos cuando la valoración de esta experiencia tan brutal es de matrícula de honor. 

Así pues, sabiendo que las despedidas son demasiado amargas como para dedicarles más tiempo del necesario, queremos utilizar esta, nuestra última entrada del blog (al menos la última desde este lado del charco), a dar las gracias y, ni tan si quiera así, podemos acercarnos una mínima parte a todo lo que os queremos transmitir, a todo lo que os merecéis. 

Gracias, Bibliobús. Gracias por ser la excusa perfecta para conocer a gente maravillosa, por permitirnos formar parte de nuestra ya consolidada pequeña gran familia. Por cada una de las sonrisas que hemos podido compartir y disfrutar. Por todos los niños y niñas que han conseguido quedarse con una parte de nosotras. Por hacernos un poquito mejor.
















Gracias, Bolivia. Por ser el escenario perfecto para la mejor experiencia de nuestras vidas. Por acogernos, cuidarnos y hacernos sentir como en casa. Porque, por tu hospitalidad, nos volvemos siendo un poco (muy) cochabambinas.
















Gracias a nuestros fieles lectores, que han hecho que nuestras historias tengan eco, siguiéndonos, animándonos e incluso envidiándonos (de la manera más sana posible). Esperando nuevas aventuras y viviéndolas a través de nuestros ojos, a través de nuestras voces. Siempre ansiando saber más.

Gracias a La Llave Maestra por hacer que esto haya sido posible y, por supuesto, gracias a toda la gente que se ha cruzado en nuestro camino dejando con nosotras una parte de sí, forjando lo que somos ahora, haciéndonos crecer y haciendo, que volver, sea mucho más difícil. 





















Aquí finalizan tres meses de alegrías y llantos. De momentos de todo tipo, buenos y malos. De venir siendo amigas y volver siendo hermanas. De descubrimientos, de maravillas almacenadas en nuestras retinas. De amar, de valorar, de saber priorizar. Aquí, finalizan tres de los mejores meses de nuestras vidas. 

Y es que...Antes de marcharnos, ya queríamos volver. Antes de llegar, ya quisimos quedarnos.

Esta vez no nos despedimos con un "hasta la próxima" si no con un HASTA PRONTO,
Porque volveremos, lo prometemos.

Gracias -muchísimas- no sólo por leernos, si no por vuestra abrumadora fidelidad. 

lunes, 28 de abril de 2014

Inspirar y espirar

¡Dulces y españolísimos despertares!

Llegados a este punto, no contamos los días que pasan como un día más, si no como un día menos. Nuestra experiencia al otro lado del charco, nuestra vida como auténticas cochalas, nuestro trabajo como educadoras... TODO. Todo empieza a llegar a su fin. Y ahora nos damos cuenta de lo rápido que ha pasado el tiempo... 




Después del ajetreo de la semana pasada, ésta hemos decidido tomárnosla con más calma (entre otras cosas porque el período de despedidas comienza en breves y teníamos que tener las pilas cargadas al 100%). Incluso en Bibliobús, las cosas se han visto más relajadas. El taller de poesía ha sido acogido con éxito entre los niños y niñas con los que compartimos nuestras sesiones y una vez más, aún sonando repetitivas, han conseguido sorprendernos con su innegable creatividad e insuperable imaginación. 




Ya sabéis que, dichas sesiones, se han desarrollado siempre entre los martes, jueves y viernes. Pero, como decimos siempre, ¡la familia no para de crecer! Y aumentamos nuestra labor un día más. Pacata se convirtió a partir de ayer en el pueblo de los lunes y sus pequeñines, en los primeros visitantes de la semana. Gracias a la asociación Warmi, ubicada en dicho pueblo, se nos serán facilitados no sólo los recursos materiales necesarios para poder llevar a cabo nuestro proyecto, si no un nuevo empujón que nos capacita para poder llegar aún más lejos. Siempre es positivo saber que el trabajo que tenemos la suerte de realizar puede seguir extendiéndose, llegando así a nuevos rincones y compartiendo así nuevas sonrisas. 



En cuánto al ocio, ¿qué os podemos decir? Aún estando en la semana de calma (la "previa" para que nos entiendan los más futboleros) seguimos disfrutando de cada segundo por estas tierras ya un poquito nuestras y seguimos incrementando la economía del país (y disminuyendo nuestras cuentas de ahorro) arrasando tiendas y mercadillos. Decididamente, ¡ESTAMOS ABSOLUTAMENTE ENAMORADAS DE BOLIVIA! (y de sus aguayos - ¿que qué es un aguayo? consultad el diccionario, ¡perezosos!)



Y esto es todo por hoy. En la próxima entrega, volveremos a las narraciones salvajes y al modo aventureras on. 

¡Qué tiemble Cochabamba porque aún le espera lo peor!


Gracias -muchas- por leernos.


¡HASTA LA PRÓXIMA!

martes, 22 de abril de 2014

Rodar y rodar

¡Feliz depresión post-vacacional, queridos lectores!


Después de una Semana Santa de lo más especial, volvemos a casa trás haber recargado las pilas descubriendo lugares únicos. Sí, ¡las exploradoras vuelven pisando fuerte! Y no es para menos... Más adelante os contamos el por qué de forma detallada (intentad no poneros demasiado nerviosos durante la espera).

Las sesiones de Bibliobús siguen yendo sobre ruedas y, con ellas, siguen aumentando nuestras ganas de exprimir al máximo cada segundo con nuestros pequeñines. Esta semana empezaremos con un maravilloso taller de poesía dónde, no sólo intentaremos promover la creatividad de los niños y niñas que asisten religiosamente a nuestra cita semanal, sino que, además, fomentaremos sus habilidades comunicativas. Así pues, ¡deseadnos suerte! aunque con personitas como estas, con las que tenemos la suerte de trabajar a diario, es imposible que algo no salga mejor de lo esperado. 





Como ya sabéis, todos merecemos un descanso, así que, entre sesión y sesión y aprovechando que el viernes fue día festivo, decidimos viajar al Salar de Uyuni (ahora es cuando damos comienzo al momento multiaventura, permanezcan atentos ). El jueves por la tarde, tras salir de trabajar, cogimos un autobús que, después de más de 15 horas de viaje, nos transportó a lo que hasta hoy ha sido el viaje de nuestra vida. Con nuestro macuto a la espalda, descubrimos los rincones más impresionantes de toda Bolivia. Montadas en un Jeep capaz de soportar nuestra adrenalina a destiempo y rodar por arena y agua, pudimos conocer no sólo la explotación de sal más grande del mundo, si no también distintas lagunas de colores, el volcán Ollangue, la isla Incahuasi y sus cactus gigantescos, ciudades perdidas de piedra, el cementerio de trenes ¡y muchas cosas más! 

















Además, pudimos dormir en un hotel hecho de sal (¡hasta los muebles eran de sal!) y disfrutar de unas aguas termales naturales a 5000 metros de altura, porque, señores, sin querer pecar de tias duras y fuertes, hemos pasado tres días a una altitud que cuadruplica la cifra a la que estamos acostumbradas y, la prueba ha sido superada con éxito (no queremos reírnos del famoso mal de altura porque creemos en el karma, pero no es para menos). 

Y todo esto, rodeada de la mejor gente del país. Gente que, como nosotras, estaba ansiosa por conocer y disfrutar. Gente hasta hace tres días desconocida y a partir de ahora, inolvidable. Ya se sabe que ir bien acompañada, siempre lo hace todo un poquito más bonito. ¡Ha sido una experiencia alucinante!




Y estas son las noticias de la semana. Las españolísimas (cómo nos llaman a este lado del charco) seguirán narrando sus hazañas en la próxima entrega de este nuestro blog.


Gracias -muchas- por leernos.



¡HASTA LA PRÓXIMA!

lunes, 14 de abril de 2014

Aventuras y otros quéhaceres

¡Muy buenas noches desde el otro lado del charco!

Tenemos noticias importantes para vosotros, queridos lectores...¡Seguimos vivas! Sanas, salvas y ansiosas por contaros todo lo que nos ha acontecido por tierras bolivianas desde la última vez. Y aunque, como todos sabemos, lo bueno se hace esperar, la espera termina aquí. ¿Preparados para conocer nuestras salvajes novedades? (sí, seguimos con la vena aventurera en "modo on")

Entre la organización y la evolución de las nuevas actividades, Bibliobús ocupa al máximo nuestro tiempo. Durante estas dos últimas semanas, hemos llevado a cabo el desarrollo de dos talleres: el taller sobre el respeto y los signos de puntuación, mediante el cuál los niños pudieron afianzar de manera informal y dinámica los conocimientos sobre cómo llevar a cabo la adecuada puntualización de sus textos, y el taller sobre los derechos de los niños y niñas, donde, aprovechando la víspera del Día del Niño, realizamos actividades específicas con el fin de promover la información sobre dichos derechos entre el alumnado cochabambino. Canciones, teatros, lecturas comprensivas adaptadas, juegos educativos, gymkanas, visionado de vídeos, dibujos, manualidades... Un sin fin de actividades innovadoras que, no sólo fomentó la motivación de todos los chicos y chicas que asistieron a estas sesiones, si no que, además, favoreció la colaboración de todo el equipo de Bibliobús que, de forma conjunta, participó con ganas y empeño para la consecución no sólo de los objetivos de dichos talleres, si no del entretenimiento de nuestros pequeños pero grandes participantes. ¡Es maravilloso divertirse aprendiendo! 







 Estamos más que orgullosas de que nuestras ideas sean tan bien acogidas y más que agradecidas de la confianza depositada en nosotras. Este es un aprendizaje recíproco y todo lo que podemos aportar no es ni la mitad de lo que estas personitas nos están aportando a nosotras. 


















Bien es cierto que, también durante este tiempo, Bibliobús se ha visto afectado y triste. ¿Por qué? os preguntaréis. Pues porque, todos odiamos las despedidas y, nuestra escuela ambulante, se ha visto obligada a decir adiós (durante un tiempo, no queremos pecar de dramáticas) a su pilar fundamental. Y no sólo él, si no todos los que formamos parte del proyecto que con tanto esfuerzo fundó. Nuestra anfitriona ha tenido que volver a Francia y desde aquí, queremos darle las GRACIAS. Gracias Anne, no sólo por hacer posible que personas como nosotras podamos vivir experiencias tan increíbles como esta, no. Gracias por hacerlo todo tan fácil, por hacernos sentir como en casa. Por mimarnos y cuidarnos como una auténtica mamita. Por ser un ejemplo a seguir para las tres. Y, por qué no... ¡gracias por tu maravilloso pollo al coco! Nos vemos en Perpignan (lo sentimos, no te vas a librar de tus hijitas españolas tan fácilmente).





Pero  bueno, ¡fuera penas! Que aún nos queda un mes aquí y es una obligación seguir disfrutando, conociendo costumbres y descubriendo rincones ocultos. Pasamos así a la sección de ocio (insértese aquí una sonido intrigante, tipo televisivo -algo así como "¡cha na nan!"-). En primer lugar, hemos tenido la suerte de vivir, desde nuestro punto de vista, uno de los días más increíbles de Cocha: el conocido Día del Peatón, dónde está terminantemente prohibido el uso de cualquier tipo de máquina a motor por las carreteras de la ciudad. Las calles se llenan de bicicletas, niños, animales domésticos, música, bailes y sonrisas. Todo es más agradable, más ameno, más feliz. Así pues, ¿sabe alguien cómo podemos llevar esta bonita iniciativa a España? 





También hemos acudido al Museo Histórico de Cochabamba, dónde pudimos ver, entre otras cosas, incas momificados y empaparnos de la cultura de nuestro segundo hogar. Al Palacio Portales, que es una auténtica maravilla para la vista y a la Cancha, el mercado más grande de toda latinoamérica, dónde su extraordinario caos te obliga a investigar sus calles y esa investigación, te lleva a encontrar cosas demasiado bonitas para no ser compradas. En definitiva, esta última visita será la culpable de nuestras cuentas en números rojos (mamás, papás, si estuvierais aquí lo entenderíais).


Por otro lado, hemos viajado a algunos de los pueblos cercanos, conociendo así la periferia de la ciudad. Punata, Cliza y Tarata. Construcciones coloniales e historias particulares... ¡No queremos dejarnos nada por hacer! Y, además... ¡Hemos navegado por el Puerto de la Angostura! (¿observáis como el "modo on" de la vena aventurera sigue vigente?)




















Y, esto es todo hasta el día de hoy. Las siguientes aventuras se desarrollarán en las aguas termales de Cochabamba, en el Salar de Uyuni y en Potosí, dónde tenemos pensado viajar a lo largo de esta semana, así que... Continuará. ¡Seguid atentos a nuestros pasos!



Gracias -muchas- por leernos.


¡HASTA LA PRÓXIMA!



lunes, 31 de marzo de 2014

Welcome to the jungle

¡Saludos bolivianos, queridos lectores!

Perdonad nuestra demora en volver a informaros de las hazañas cochabambinas, pero creednos cuando os decimos que no nos sobra tiempo (suponemos que eso ya os dará una pista de lo "mal" que lo estamos pasando por aquí).

En estas dos últimas semanas hemos seguido trabajando, disfrutando y sobre todo conociendo. Conociendo nuevas experiencias para poder transportaros de alguna manera a todo lo que nuestros ojos ven. 


A pocas horas de comenzar Abril (al menos a este lado del charco) y viendo como el tiempo se esfuma ante nosotras, tenemos más ganas que nunca de exprimir cada segundo. Es por todos conocida esa sensación de no querer dejarnos nada por hacer y por ello, como os decíamos antes, tenemos una agenda de lo más apretada. 

Propuestas, talleres, reuniones, sesiones de Bibliobús, despedidas, viajes... ¡ESTRÉS! Pero no un estrés de esos que agobian, no. Un estrés bueno, de los que hay que aprovechar. De los que forman parte de una vida plenamente satisfactoria. Un estrés al más puro estilo boliviano. 

Después de nuestra ya conocida introducción, volvamos a ir por partes, así no se nos queda nada por contar:


Empezaremos, como es costumbre, por el "trabajo". Durante este tiempo de desconexión, hemos llevado a cabo nuestro primer taller con los chicos y chicas del Bibliobús. Un taller propuesto, redactado y desarrollado por nosotras, como auténticas profesionales (o, al menos, como auténticos proyectos de profesionales). Un taller sobre el cuidado del medio ambiente y el reciclaje. Los pequeñines no sólo se han involucrado en el mismo, si no que, con gran entusiasmo, se han implicado como nunca y nos han vuelto a dejar con la boca abierta. La creatividad que desprenden es digna de admirar. Y las ganas y el esfuerzo que le ponen a todo hacen que nosotras nos sintamos más que satisfechas con nuestra labor.  Sin olvidar que, el apoyo incondicional de nuestros compañeros y compañeras, lo hacen todo muchísimo más fácil. Tanta es la confianza depositada en nosotras que, hasta nos piden consejos e ideas para el desarrollo del proyecto. Sonamos redundantes, somos conscientes pero, es que... ¡Es difícil no estar encantadas con todo esto! 







Además, ¡la familia crece! El voluntariado ha aumentado con la incorporación de un grupo de franceses que ha venido desde tan lejos como nosotras para colaborar con este bonito proyecto.



Ahora nos toca hablar del ocio, ¿no os parece?

Las semanas las pasamos entre cenas, encuentros y paseos por Cochabamba pero, ¿y los fines de semana? Pues bien, haciendo cuentas y organizando el tiempo que nos queda, hemos decidido aprovechar estos días libres para descubrir otros rincones de Bolivia. En efecto, para viajar. Así pues, empezamos nuestra aventura de "Doras las Exploradoras" cogiéndonos un autobús a las 05:30 de la mañana del pasado sábado para llegar a uno de los trópicos del país, es decir, A LA SELVA. Creo que aún no somos capaces de explicar con palabras todo lo que experimentamos: viajes en canoa, insectos, barranquismo, arenas movedizas, lluvias tropicales, monos, pueblos indígenas... Era mucho mejor que una película puesto que, ¡ERA REAL! Aún estamos algo doloridas (mamás, papás, no os preocupéis, los golpes fortuitos forman parte del encanto de aventuras de este calibre) y cansadas, pero, ¡sanas y salvas! y orgullosas y felices. Sobre todo esto último. 







Y esas son nuestras novedades. Al menos las más interesantes. 

Así pues, ¡nos despedimos como auténticas guerreras!


Gracias -muchas- por leernos.



¡HASTA LA PRÓXIMA!


miércoles, 12 de marzo de 2014

Novedades varias

¡BUENOS Y CALUROSOS ATARDECERES DESDE TIERRAS BOLIVIANAS!

Pasando ya las tres semanas de nuestra estancia en Cochabamba y siempre con ganas de contaros todo lo que estamos viviendo, volvemos aquí, una semana más, para informar desde el otro lado del charco de nuestras hazañas, aventuras y curiosidades. 

Durante estos últimos siete días (o incluso alguno más, permitidnos perder un poco la noción del tiempo) hemos seguido descubriendo sensaciones, rincones y costumbres y nos sentimos, si es posible, más integradas en nuestra nueva vida que nunca. 

Vayamos por partes, ¿os parece?

Primero, hablaremos del Bibliobús, dónde nuestra labor no sólo se reduce a las sesiones con los niños, si no que, la preparación de las mismas, el desarrollo de nuevos talleres y actividades y la reorganización de materiales ocupan también nuestro tiempo. Junto a Anne (famosa y conocida por todos a estas alturas) y otros voluntarios, visitamos la oficina. Un espacio dedicado a resguardar nuestra pequeña biblioteca ambulante y todos los materiales que la forman. Allí, realizamos inventarios, forramos libros (estamos interesados en promover un proyecto de préstamo de los mismos) y revisamos rompecabezas (nunca pensamos que la ausencia de una de las piezas de un puzzle pudiera resultar tan dramática -hemos comprendido por fin de dónde viene la palabra "rompe cabezas"-). 

Confían tanto en nosotras y en nuestros conocimientos pedagógicos que, que se interesan por todas y cada una de nuestras propuestas. De hecho valoran nuestra iniciativa y nos otorgan toda la libertad del mundo para dar y desarrollar nuevas ideas. ¡Nuestra pequeña gran familia es maravillosa! 
















Y de los niños, ¿qué podemos decir? Cuando llegas a un pueblo dónde ya te conocen, la sensación es absolutamente gratificante porque su recibimiento es abrumador. Vuelan abrazos, sonrisas, palabras bonitas... Son tantas sus ganas de vernos que son los propios niños los que colocan nuestra escuela con prisas y nervios. Aún nos impacta ver como pueden involucrarse con tanta pasión en algo así siendo tan pequeños...



Y de nuestra vida como jovenzuelas intrépidas a miles de kilómetros de casa (y en un país latino), ¿qué queréis que os contemos? (preguntas aptas para el horario infantil, gracias) sólo diremos que la noche cochabambina nos acoge demasiado bien... Sintiéndolo mucho, no tiene nada que envidiarle a la española y, si nos lo hubieran dicho antes, no sólo hubiéramos traído leggins y botas de montaña. Aunque, nuestros encantos exóticos, lo compensan (por ahora).




Así pues, queriendo ser precavidas y responsables preocupándonos por la salud mental de nuestros padres, nos despedimos por hoy. 



Gracias -muchas- por leernos.


¡Hasta la próxima semana!